Inculcado
a partir de 1939, el trazo grueso del catecismo franquista no desapareció con la muerte del dictador. Al contrario, perduró en el argumentario de buena parte del nuevo moderantismo democrático a partir de 1975. A saber, el Levantamiento trataba de liberar a España del marxismo y el bolchevismo.
"¡O votáis por España o votáis por Rusia!" clamaba el diario ABC a sus lectores 48 horas antes de la cita electoral. ¿Pero qué hay de verdad en todo ello? ¿Quiénes
encarnaron, en realidad, el gobierno salido de las urnas tras la victoria del
denominado Frente Popular?
Febrero de 1936. Elecciones generales. Con los
líderes de las izquierdas encarcelados o en el exilio, los radicales de Lerroux
amortizados, y la CEDA a las puertas del poder, los católico-monárquicos,
financiados a espuertas, no dudan de su victoria. En los últimos meses, sólo un hombre ha sostenido el pulso al embate represivo. Con sus discursos en campo abierto, Manuel Azaña –encarcelado arbitrariamente a raíz de las rebeliones de octubre de 1934 y puesto en libertad tres meses después–, lograba la deseada cohesión entre los defensores de la República propiciando su unión electoral. En caso de victoria, Azaña gozará de
manos libres para designar su propio gabinete de gobierno. No
integrará a socialistas largocaballeristas, comunistas o anarquistas, –revolucionarios esgrimidos por las derechas para legitimar la represión, y con los que, según él, no se puede
contar–. Todos, en cambio, le estiman merecedor de su voto sin exigir nada a
cambio. Se trata de salvar a la República, de implementar por fin la
democracia, de aplicar, de una vez por todas, las tan necesarias medidas de
transformación social y estructural, suspendidas o anuladas a partir de
diciembre de 1933, cuando la victoria electoral de la conjunción
radical-cedista se lanzó a deshacer todas las conquistas del bienio
progresista.
El país acude a las urnas. Las derechas no
dan crédito. Estupefactas contemplan cómo las izquierdas les superan en voto. Esa
misma noche, Gil Robles exhorta a Portela Valladares a no entregar el poder
mientras Franco fracasa en su intento por ocupar las calles. En menos de 48
horas, el triunfador de las elecciones nombra un gabinete compuesto por ocho
ministros suyos, dos centristas pertenecientes a Unión Republicana y un general
para la cartera de Guerra. Un gobierno de reconocida solvencia, dispuesto,
ahora sí, a modernizar de una vez por todas un país lastrado, anclado en el XIX
y viciado en lo estructural.
Votando por el denominado Frente Popular -desde la
izquierda más radical al espacio de centro representado por la Unión
Republicana de Martínez Barrio-, únicamente se garantizaba la amnistía de todos los
represaliados a partir de la revolución de octubre de 1934 y la promesa de
reparación de todos los agravios cometidos (readmisión de funcionarios,
reinstauración de las garantías democráticas, etc.). Se trataba de salvar la
naciente democracia española; de evitar el tan anunciado asalto
corporativo a las instituciones. En realidad, la conspiración contra la República había resultado permanente desde su misma proclamación.
Lejos de la lunática propaganda franquista fosilizada durante el régimen, así quedaba, en ficha de La Vanguardia, la fisonomía política del primero
de los cuatro fugaces gabinetes republicanos, todos típicamente burgueses, antes del definitivo golpe de Estado fascista de julio de 1936 que arrastraría al
país a la guerra y posterior dictadura.
Presidencia:
Don Manuel Azaña (Izquierda Republicana)
Estado: Don
Augusto Barcía (Izquierda Republicana). De abolengo liberal. Diputado
reformista en las Cortes de la monarquía. Al advenimiento de la República fue
designado presidente del Consejo Superior Bancario. Abogado en ejercicio.
Gobernación:
Don Amós Salvador (Izquierda Republicana). Arquitecto. Diputado de Acción
Republicana en Cortes Constituyentes y de Izquierda Republicana al adoptar el
partido este nombre.
Justicia:
Don Antonio Lara (Unión Republicana). Abogado. Diputado a Cortes por el Partido
Republicano Radical y Ministro de Hacienda durante los gobiernos de Alejandro
Lerroux.
Hacienda:
Don Gabriel Franco (Izquierda Republicana). Catedrático de la Facultad de
Derecho de Salamanca. Especializado en Hacienda. Diputado en Cortes
Constituyentes y ponente por Acción Republicana en distintas comisiones
parlamentarias sobre finanzas.
Instrucción
Pública: Don Marcelino Domingo (Izquierda Republicana). Pedagogo y periodista.
Ministro de Instrucción Pública y Bellas Artes y, posteriormente, de Agricultura,
Industria y Comercio en los gabinetes republicanos habidos desde 1931 a 1933.
Guerra:
General Masquelet (Técnico)
Marina: Don
José Giral (Izquierda Republicana). Químico. Diputado en Cortes. Ministro de
Marina desde 1931 a 1933.
Obras
Públicas: Don Santiago Casares Quiroga (Izquierda Republicana). Abogado.
Ministro de Marina, Gobernación o Justicia respectivamente en los sucesivos
gabinetes de gobierno hasta 1933.
Agricultura: Don Mariano Ruiz Funes (Izquierda Republicana). Catedrático de Derecho Penal de la Universidad de Murica. Diputado de Acción Republicana en Cortes Constituyentes.
Comunicaciones: Don Manuel Blasco Garzón (Unión Republicana). Abogado. Diputado en Cortes Constituyentes por el Partido Radical y, posteriormente, integrante del espacio de centro republicano liderado por Martínez Barrio.
Industria y Comercio: Don Plácido Álvarez Buylla (Izquierda Republicana). Diplomático. Diputado a Cortes Constituyentes. Director general de Marruecos y colonias, desempeñó al tiempo diversos altos cargos en el Ministerio de Estado.
Trabajo: Don Enrique Ramos (Izquierda Republicana). Abogado. Subsecretario de la Presidencia del Consejo durante los gabinetes de gobierno hasta 1933.
Agricultura: Don Mariano Ruiz Funes (Izquierda Republicana). Catedrático de Derecho Penal de la Universidad de Murica. Diputado de Acción Republicana en Cortes Constituyentes.
Comunicaciones: Don Manuel Blasco Garzón (Unión Republicana). Abogado. Diputado en Cortes Constituyentes por el Partido Radical y, posteriormente, integrante del espacio de centro republicano liderado por Martínez Barrio.
Industria y Comercio: Don Plácido Álvarez Buylla (Izquierda Republicana). Diplomático. Diputado a Cortes Constituyentes. Director general de Marruecos y colonias, desempeñó al tiempo diversos altos cargos en el Ministerio de Estado.
Trabajo: Don Enrique Ramos (Izquierda Republicana). Abogado. Subsecretario de la Presidencia del Consejo durante los gabinetes de gobierno hasta 1933.
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