"Los grupos presentes en
la Ponencia [Constitucional] tenían proyectos muy diferentes de la cuestión
autonómica. Ninguno de ellos, ni siquiera Alianza Popular, creía que se pudiese
dejar de lado el problema y mantener tal cual el Estado centralista [impuesto con el Franquismo].
El posibilismo de
Convergència, el aislamiento de Alianza Popular y la pasividad de UCD en la
fase inicial de la ponencia explican que el modelo autonómico del primer
anteproyecto de Constitución […] reflejase en gran parte las posiciones de comunistas
y nacionalistas [Roca Junyent y el propio Solé Tura] respecto al sistema
federal.
[Derivada de la fuerte ofensiva a partir de la publicación del anteproyecto] la línea que se impuso en UCD consistió en ponerse de acuerdo con los nacionalistas catalanes para cerrar el paso a Alianza Popular y aislar a la izquierda, sin romper con ella totalmente [...] La espectacular retirada del PSOE de la ponencia constitucional dejó a la izquierda reducida a los comunistas, fácilmente aislables en aquel contexto. La línea del PCE-PSUC consistió en salvaguardar al máximo el modelo cuasi-federal inicial […] y en defender a ultranza el mantenimiento del término “nacionalidades”.
La redacción del artículo 2 en el primer anteproyecto de Constitución elaborado por la ponencia decía lo siguiente: “La Constitución se fundamenta en la unidad de España y la solidaridad entre sus pueblos y reconoce el derecho a la autonomía de las nacionalidades y regiones que la integran”
[Derivada de la fuerte ofensiva a partir de la publicación del anteproyecto] la línea que se impuso en UCD consistió en ponerse de acuerdo con los nacionalistas catalanes para cerrar el paso a Alianza Popular y aislar a la izquierda, sin romper con ella totalmente [...] La espectacular retirada del PSOE de la ponencia constitucional dejó a la izquierda reducida a los comunistas, fácilmente aislables en aquel contexto. La línea del PCE-PSUC consistió en salvaguardar al máximo el modelo cuasi-federal inicial […] y en defender a ultranza el mantenimiento del término “nacionalidades”.
La redacción del artículo 2 en el primer anteproyecto de Constitución elaborado por la ponencia decía lo siguiente: “La Constitución se fundamenta en la unidad de España y la solidaridad entre sus pueblos y reconoce el derecho a la autonomía de las nacionalidades y regiones que la integran”
[…]
La presión sobre UCD se hizo más intensa y la división interna de ésta se
ahondó. En aquellas circunstancias, cuando el PSOE había abandonado ya la
ponencia, la defensa del mantenimiento del término “nacionalidades” recayó
exclusivamente en los comunistas y nacionalistas. Unos y otros hicieron de esta
cuestión un auténtico casus belli
amenazando con romper el consenso constitucional si el termino desaparecía
totalmente.
El día en que
concluía esta segunda fase de los trabajos de la ponencia el problema alcanzó
su máxima tensión. La noche anterior, Miquel Roca Junyent y yo fuimos avisados
por altos responsables de UCD de que no podían aguantar las presiones y se
veían obligados a retirar totalmente el término “nacionalidades” de la
Constitución, cosa que propondrían sus representantes en la ponencia en la
sesión del día siguiente […]
Durante todo el
día hubo reuniones entre el presidente Suárez y Jordi Pujol, por un lado, y
entre el propio presidente Suárez y Santiago Carrillo, por otro. Miquel Roca y
yo nos reunimos separadamente con los tres ponentes de UCD y seguíamos de cerca
las conversaciones con el Presidente del Gobierno. En todas esas
reuniones quedó claro que tanto los comunistas como los nacionalistas nos
manteníamos intransigentes y hacíamos del mantenimiento o no del término
“nacionalidades” una cuestión de ruptura o de continuación del consenso
constitucional. UCD se encontraba en una situación difícil. Si mantenía el
término tenía que hacer frente a una gran ofensiva […] Si lo suprimía, se
rompía el consenso constitucional, ya resquebrajado por la retirada del PSOE.
[…]
Finalmente, a
última hora de la tarde me llegó, en tanto presidente de la sesión, un papel
escrito a mano y procedente de la Moncloa en la que se proponía una nueva
redacción del artículo 2, como propuesta de acuerdo última y definitiva. Era
una redacción compleja, en la que se introducían los conceptos de “patria” y de
“nación”, pero en la que se mantenía el término “nacionalidades”: "La
Constitución se fundamenta en la unidad de España como patria común e
indivisible de todos los españoles y reconoce el derecho a la autonomía de las
nacionalidades y regiones que integran la indisoluble unidad de la nación
española"
Tanto Miquel Roca
como yo aceptamos el compromiso y Manuel Fraga mantuvo su oposición. Como
presidente de la sesión, finalmente celebrada, hice observar, sin embargo, que
el texto adolecía de una redacción deficiente y tenía, incluso problemas
sintácticos, por lo cual habría que hacer algunos retoques. Pero los tres
representantes de UCD contestaron que no estaban autorizados a variar ni una
sola coma, porque aquel era el texto literal del compromiso a que se había
llegado en el seno del partido y con los otros sectores consultados. No era ni
es difícil adivinar cuáles eran estos sectores consultados después de las tomas
públicas de posición y de las actitudes que se habían expresado sobre el tema,
especialmente, en el interior de los mismos aparatos del Estado. Decidimos
pues, aceptar el texto tal y como nos había llegado, con el compromiso de
completarlo y de corregir sus deficiencias sintácticas en el seno de la
Comisión Constitucional"
- Jordi Solé Tura / Nacionalidades y Nacionalismos
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