12 sept 2019

El Art. 2 de la C.E.

  "Los grupos presentes en la Ponencia [Constitucional] tenían proyectos muy diferentes de la cuestión autonómica. Ninguno de ellos, ni siquiera Alianza Popular, creía que se pudiese dejar de lado el problema y mantener tal cual el Estado centralista [impuesto con el Franquismo].

 El posibilismo de Convergència, el aislamiento de Alianza Popular y la pasividad de UCD en la fase inicial de la ponencia explican  que el modelo autonómico del primer anteproyecto de Constitución […] reflejase en gran parte las posiciones de comunistas y nacionalistas [Roca Junyent y el propio Solé Tura]  respecto al sistema federal.

 [Derivada de la fuerte ofensiva a partir de la publicación del anteproyecto] la línea que se impuso en UCD consistió en ponerse de acuerdo con los nacionalistas catalanes para cerrar el paso a Alianza Popular y aislar a la izquierda, sin romper con ella totalmente [...] La espectacular retirada del PSOE de la ponencia constitucional dejó a la izquierda reducida a los comunistas, fácilmente aislables en aquel contexto. La línea del PCE-PSUC consistió en salvaguardar al máximo el modelo cuasi-federal inicial […] y en defender a ultranza el mantenimiento del término “nacionalidades”.

 La redacción del artículo 2 en el primer anteproyecto de Constitución elaborado por la ponencia decía lo siguiente: “La Constitución se fundamenta en la unidad de España y la solidaridad entre sus pueblos y reconoce el derecho a la autonomía de las nacionalidades y regiones que la integran”

 […] La presión sobre UCD se hizo más intensa y la división interna de ésta se ahondó. En aquellas circunstancias, cuando el PSOE había abandonado ya la ponencia, la defensa del mantenimiento del término “nacionalidades” recayó exclusivamente en los comunistas y nacionalistas. Unos y otros hicieron de esta cuestión un auténtico casus belli amenazando con romper el consenso constitucional si el termino desaparecía totalmente. 

  El día en que concluía esta segunda fase de los trabajos de la ponencia el problema alcanzó su máxima tensión. La noche anterior, Miquel Roca Junyent y yo fuimos avisados por altos responsables de UCD de que no podían aguantar las presiones y se veían obligados a retirar totalmente el término “nacionalidades” de la Constitución, cosa que propondrían sus representantes en la ponencia en la sesión del día siguiente […] 

 Durante todo el día hubo reuniones entre el presidente Suárez y Jordi Pujol, por un lado, y entre el propio presidente Suárez y Santiago Carrillo, por otro. Miquel Roca y yo nos reunimos separadamente con los tres ponentes de UCD y seguíamos de cerca las conversaciones con el Presidente del Gobierno. En todas esas reuniones quedó claro que tanto los comunistas como los nacionalistas nos manteníamos intransigentes y hacíamos del mantenimiento o no del término “nacionalidades” una cuestión de ruptura o de continuación del consenso constitucional. UCD se encontraba en una situación difícil. Si mantenía el término tenía que hacer frente a una gran ofensiva […] Si lo suprimía, se rompía el consenso constitucional, ya resquebrajado por la retirada del PSOE. […] 

 Finalmente, a última hora de la tarde me llegó, en tanto presidente de la sesión, un papel escrito a mano y procedente de la Moncloa en la que se proponía una nueva redacción del artículo 2, como propuesta de acuerdo última y definitiva. Era una redacción compleja, en la que se introducían los conceptos de “patria” y de “nación”, pero en la que se mantenía el término “nacionalidades”: "La Constitución se fundamenta en la unidad de España como patria común e indivisible de todos los españoles y reconoce el derecho a la autonomía de las nacionalidades y regiones que integran la indisoluble unidad de la nación española" 

 Tanto Miquel Roca como yo aceptamos el compromiso y Manuel Fraga mantuvo su oposición. Como presidente de la sesión, finalmente celebrada, hice observar, sin embargo, que el texto adolecía de una redacción deficiente y tenía, incluso problemas sintácticos, por lo cual habría que hacer algunos retoques. Pero los tres representantes de UCD contestaron que no estaban autorizados a variar ni una sola coma, porque aquel era el texto literal del compromiso a que se había llegado en el seno del partido y con los otros sectores consultados. No era ni es difícil adivinar cuáles eran estos sectores consultados después de las tomas públicas de posición y de las actitudes que se habían expresado sobre el tema, especialmente, en el interior de los mismos aparatos del Estado. Decidimos pues, aceptar el texto tal y como nos había llegado, con el compromiso de completarlo y de corregir sus deficiencias sintácticas en el seno de la Comisión Constitucional"

  • Jordi Solé Tura / Nacionalidades y Nacionalismos 

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