“El
origen de la decadencia se debe, en primer lugar, a una carencia desastrosa de
reyes, políticos y líderes competentes (…) La fatal limpieza de sangre (…) al
distinguir entre nuevos y viejos cristianos, fue una maldición para España, ya
de por sí sin amalgamar, y trajo una nueva casta y otro germen mortal de desunión
(…) Los españoles llevan siglos malgobernados,
con alguna mínima excepción, por funcionarios ineptos y corruptos solo
interesados en sacar de su efímera situación de poder los mayores beneficios
posibles para sus propios bolsillos y los de sus allegados inmediatos (…)
En una sociedad así, casi sin instituciones estables, sin seguridad de nada, ¿cómo pedirle a la gente que no imite a quienes desde arriba, le están chupando la sangre? La norma es sálvese quien pueda, cada uno por sí mismo. “En su conjunto –sentencia Ford–, el español vive pensando sólo en sí mismo y el hoy (…) Se trata de conseguir a toda costa un puesto oficial, pues es la llave que abre la posibilidad de acceder al dinero público. “El objeto de cada empleado es hacer su fortuna con la máxima rapidez posible, y, toda vez que tiene que ir de prisa, no será cuestión de proceder con excesiva honradez, pues la duración del puesto es breve e insegura e innumerables competidores están empeñados en que sea destituido cuanto antes para tomarle el relevo”
En una sociedad así, casi sin instituciones estables, sin seguridad de nada, ¿cómo pedirle a la gente que no imite a quienes desde arriba, le están chupando la sangre? La norma es sálvese quien pueda, cada uno por sí mismo. “En su conjunto –sentencia Ford–, el español vive pensando sólo en sí mismo y el hoy (…) Se trata de conseguir a toda costa un puesto oficial, pues es la llave que abre la posibilidad de acceder al dinero público. “El objeto de cada empleado es hacer su fortuna con la máxima rapidez posible, y, toda vez que tiene que ir de prisa, no será cuestión de proceder con excesiva honradez, pues la duración del puesto es breve e insegura e innumerables competidores están empeñados en que sea destituido cuanto antes para tomarle el relevo”
- Ian Gibson / Aventuras ibéricas
Que Crack Ian, se ha dado cuenta de que en España seguimos con el sistema feudal que nos gobernaba hace cientos de años. Pero los reyes/principes/señores/caballeros se llaman ahora políticos y sus ejércitos se llaman funcionarios. Tienen el derecho de quitarnos lo que les da la gana de nuestro sueldo por diferentes vías y, a cambio de unas migajas como una sanidad sobrevalorada, unas pensiones inferiores a lo que te han quitado toda tu vida, o unos servicios públicos muy cuestionables consiguen que las masas no vayamos a la revolución.
ResponderEliminarEso si, ahora es más fácil acceder a la nobleza, la carrera política esta abierta a todos y con aprobar una oposición (o apañarla) entras en los ejercitos ....