"La vida no sólo es dolorosa, sino radicalmente absurda. Ninguna razón, llámese a ésta Absoluto o Dios omnisciente, planea sobre el mundo, tan sólo una voluntad de vivir, que forzosamente ha de estar ciega para querer perpetuar, de modo tan persistente y obstinado, este conjunto de dolores sin cuento y vanas aspiraciones que constituye el entramado de la existencia humana (...).
El hombre que ha hecho suyo el sufrimiento del mundo entero siente horror ante el ser del cual es expresión su propio fenómeno, ante la voluntad de vivir, y renuncia a ella instalándose en una santa indiferencia ante todas las cosas. El asceta ya nada quiere, a nada aspira, su voluntad es tan sólo un volcán apagado. Liberado de toda pasión por la vida, desconoce el temor a la muerte; la muerte no es para él más que un parpadeo en el que se desvanece suavemente el ensueño de ese error fundamental que es nuestro ser".
El hombre que ha hecho suyo el sufrimiento del mundo entero siente horror ante el ser del cual es expresión su propio fenómeno, ante la voluntad de vivir, y renuncia a ella instalándose en una santa indiferencia ante todas las cosas. El asceta ya nada quiere, a nada aspira, su voluntad es tan sólo un volcán apagado. Liberado de toda pasión por la vida, desconoce el temor a la muerte; la muerte no es para él más que un parpadeo en el que se desvanece suavemente el ensueño de ese error fundamental que es nuestro ser".
- Schopenhauer / El amor, las mujeres y la muerte
Sorprende que Emil Cioran, pupilo aventajado de Shopenhauer y tan escéptico como él, diga respecto a la existencia que, “El hecho de que la vida no tenga ningún sentido es una razón para vivir, la única en realidad.”
ResponderEliminarCiertamente Loam. No creo que Schopenhauer pusiera muchas pegas a esta afirmación :) Saludos.
ResponderEliminar