La
conjura monárquica comenzaba a pergeñarse apenas nacida la
II República. Con el fracaso del Golpe de 1932 llegarían los contactos
con la Italia fascista buscando sellar el respaldo de Mussolini. En marzo de 1934 el Duce ya garantizaba su apoyo. El nuevo asalto a la recién nacida democracia habría de resultar definitivo. En ¿Quién quiso la Guerra Civil? Ángel Viñas
ofrece acaso el más detallado dossier respecto a la conjura monárquico-militar y sus principales directores.