11 mar 2020

Un catolicismo político

  "El carácter primordial del catolicismo español es que la fe cristiana más que una decisión personal de adhesión a la Persona y a las enseñanzas de Cristo se ha traducido por la simple pertenecía a la casta o gens hispanica, a la condición de españolidad, es decir, es una expresión sociopolítica: se es católico porque se es español y se ha sido español porque el catolicismo se convirtió en aglutinante de la casta de los hispano-godos en lucha contra moros y judíos.

 La filiación religiosa sirvió para definir la figura nacional y gentilicia de todo un pueblo, y, en cualquier  caso, el Estado que se construye al final de la Reconquista, la nacionalidad hispana que surge, no nacen, en efecto, de unos presupuestos étnicos, culturales o políticos o de cualquier otro tipo de decisiones nacionales o intramundanas, sino de imperativos religiosos y divinales. Ese Estado es la comunidad político religiosa que resulta de la eliminación de las posibilidades políticas de las otras dos castas, la islámica y la hebraica: un Estado-Iglesia o una Iglesia-Estado. La política será divinal y el cristianismo político (...)

 No es que la Iglesia aniquile la realidad del Estado; es que es el Estado el que en su constitutividad y esencia es religioso y sacral, y no existe derecho natural ni civil alguno (...) El españolismo no es una naturaleza, una nación, sino una ortodoxia, y la ortodoxia y la ética quedan resumidas en la españolidad. La creencia es, pues, no asunto y aventura personales, sino presupuesto político, social y castizo que empapa el universo entero de lo español, lo define y lo constituye. No hay parcela de la vida que no esté sacralizada por la ortodoxia (…) Y los españoles reaccionaron siempre violentamente contra esos heterodoxos que ultrajaban la unidad católica, expresión de la casta hispánica"

  • José Jiménez Lozano / Los cementerios civiles y la heterodoxia española