"Se ingresa en la Universidad. Allá va (...) la masa innumerable de ilusos. Hornadas de doctores, de licenciados salen cada año preparados para abrirse camino a través de la libre competencia. Mas ¡a qué precio! La Universidad no es un hogar científico, un centro de investigación, un probadero de la aptitud; es una oficina montada para servir los intereses ya nombrados, una estufa donde se mantienen vivas y se cultivan las más perniciosas superviviencias. El régimen de la Universidad parece hecho para adormecer las grandes cualidades y fomentar el contagio moral, la propagación de todos los gérmenes nocivos que incuba el alma"
- El templo de Minerva (1911)
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