"¿Qué es la Ilustración? Kant la definió en 1784 como: "La salida del hombre de su minoría de edad voluntaria". Minoría, esto es incapacidad de servirse de su entendimiento sin la dirección de otro. Voluntaria, puesto que la causa no reside en una deficiencia del entendimiento, sino en la falta de decisión y de valor para servirse de él sin la dirección de otro. Sapere Aude! Ten el valor de servirte de tu propio entendimiento. He ahí la divisa de la ilustración (...)
Los límites cronológicos de la Ilustración pueden fijarse entre la revolución inglesa del siglo XVII y la francesa del XVIII. La primera abrió un proceso de cambio político y económico que puso a Inglaterra por delante de los países europeos de su tiempo. Los ilustrados vieron estos cambios pero no supieron entender el nexo que existía entre revolución y progreso, y trataron de alcanzar los mismos resultados por medio de un programa de reformas compatible con el orden social vigente. La revolución francesa vino a demostrar, al cabo, la inviavilidad de este proyecto, que en ningún lugar había sido llevado tan lejos como en Francia (...)
Tras haber ganado la partida, la burguesía arrinconaba sus viejas armas de combate ideológico para volver a los fundamentos tradicionales de la sociedad; las herramientas críticas de ayer no tenían utilidad alguna cuando era ella la que se había instalado en el poder y su preocupación fundamental era la de conservarlo. Napoleón, que se había considerado a sí mismo como uno de los "ideológos", se volvió mas tarde contra "esta tenebrosa metafísica" y "culpó" a sus más bien inofensivos cultivadores de todos los males de Francia. Habia descubierto quue la religión era mucho más útil que el racionalismo ilustrado para suscitar obediencia al poder dominante".
Los límites cronológicos de la Ilustración pueden fijarse entre la revolución inglesa del siglo XVII y la francesa del XVIII. La primera abrió un proceso de cambio político y económico que puso a Inglaterra por delante de los países europeos de su tiempo. Los ilustrados vieron estos cambios pero no supieron entender el nexo que existía entre revolución y progreso, y trataron de alcanzar los mismos resultados por medio de un programa de reformas compatible con el orden social vigente. La revolución francesa vino a demostrar, al cabo, la inviavilidad de este proyecto, que en ningún lugar había sido llevado tan lejos como en Francia (...)
Tras haber ganado la partida, la burguesía arrinconaba sus viejas armas de combate ideológico para volver a los fundamentos tradicionales de la sociedad; las herramientas críticas de ayer no tenían utilidad alguna cuando era ella la que se había instalado en el poder y su preocupación fundamental era la de conservarlo. Napoleón, que se había considerado a sí mismo como uno de los "ideológos", se volvió mas tarde contra "esta tenebrosa metafísica" y "culpó" a sus más bien inofensivos cultivadores de todos los males de Francia. Habia descubierto quue la religión era mucho más útil que el racionalismo ilustrado para suscitar obediencia al poder dominante".
- Josep Fontana / Historia -Análisis del pasado y proyecto social-
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