1 jun 2018

Lágrimas en la lluvia



Yo he visto cosas que vosotros no creeríais.

 He visto un sistema político permanecer, año tras año, como el único de su entorno sin querer tipificar el delito de enriquecimiento ilícito.

 He visto a la máxima autoridad judicial de ese sistema afirmar que sus leyes contra el crimen están hechas “para robagallinas” y no para combatir a los verdaderos delincuentes.

 He visto a su gran líder siendo descubierto enviando mensajes a su tesorero, exhortándole a aguantar, una vez comprobado que éste se había apropiado de exorbitantes cantidades de dinero ilícito.

 He visto las anotaciones sobre el presunto reparto de dinero negro entre los miembros de ese partido a lo largo de dieciocho años.

 He visto a ese partido acumular más imputados que escaños existen en sus dos grandes cámaras de representación.

 He visto a los fiscales de ese Estado entorpeciendo investigaciones sobre esos grandes delitos. 

 He visto cómo encarecen el precio del suministro de energía a la población, esgrimiendo al mismo tiempo, sequias y lluvias, nubes y sol.

 He visto sus tarifas planas de comunicación; dos y tres veces más caras que en sistemas donde les duplican el salario mínimo.

 He visto a banqueros engañar masivamente con productos no permitidos en ningún otro lugar.

 He visto levantarse complejos urbanísticos sólo declarados ilegales una vez construidos.

 He visto reducir salarios hasta la indignidad asegurando que esa es la manera de generar bienestar y riqueza.

 He visto privatizar la asistencia sanitaria, imponer el pago de medicamentos y atender a enfermos en pasillos al tiempo que se afirma la fortaleza del Sistema de Salud.

 He visto a menores siendo educados en barracones.

 He visto a adultos cobrando como adolescentes.

 He visto a sus ancianos engañados, desligando su poder adquisitivo del IPC.

 He visto entregar viviendas a especuladores y ejecutar desahucios después.

 He visto a sus líderes religiosos guardar cómplice silencio sobre todo ello.

 Todos esos momentos se perderán en el tiempo, como lágrimas en la lluvia... O no.

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