22 ene 2018

Ortega y Azaña: dos visiones de España (1/3)

En 1931 la dictadura alfonsina colapsa. El rey precisa legitimarse mediante unas elecciones municipales que no puede permitirse el lujo de perder. La creciente excepcionalidad y pujanza republicana, hacen de estos comicios un plebiscito sobre el régimen.  

 Transcurrida la jornada electoral, toca recuento. En la España rural los caciques siguen imponiendo su ley; se comunica un voto masivo de hasta 4 y 5 a 1 en favor de la monarquía; todos saben que los miles de concejales monárquicos electos provienen de las sacas caciquiles. En los núcleos urbanos, sin embargo, ya no es posible falsear los resultados; las candidaturas republicanas se imponen con rotundidad. Alfonso XIII mira una vez más a sus generales; ya ni siquiera es posible garantizar la represión; las noches de Paris esperan al rey.

 Durante la mañana del 14 de abril, Francesc Macià, nuevo president de la Generalitat, proclama la República de Cataluña como Estado integrado en la Federación Ibérica. Una vez más las dos maneras de entender España: la construcción plural frente a la unitaria. Ello va a determinar el rumbo del nuevo proceso constituyente: cuando a las 14.00 horas Macià aparece en el balcón de la Generalitat, en Madrid, el duque de Maura apenas viene de redactar la renuncia que entregará a Alfonso XIII para su firma. A la mañana siguiente, el titular de ABC se revelará sintomático: “Antes que la Republica Española fue ayer proclamada en Barcelona la República Catalana presidida por el Sr. Macià”

 El recién constituido gobierno republicano se verá obligado a enviar de urgencia una delegación ministerial compuesta por Nicolau d’Olwer, Marcelino Domingo (ambos catalanes) y Fernando de los Ríos. Se trataría, recuerda Hugh Thomas, de persuadir a Macià a que esperase la aprobación de un estatuto catalán de autonomía por las nuevas Cortes. Macià accede a cambio del renovado reconocimiento de Cataluña; con él, la restauración de la Generalitat, laminada desde 1714. Si bien no se consuma la deseada fisonomía de Estado proclamada en Cataluña, la propuesta autonómica está aún por construirse.


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