
Toda identidad nacional lleva aparejada no pocos relatos míticos que la sustentan; la historia, en cambio, y en tanto método o ciencia, habría de perseguir la más honesta aproximación posible al pasado. Pero la historia busca también, escribe Sánchez-Albornoz, “contribuir a la formación de la conciencia histórica de su nación y de su época”. Si tal contribución suele pecar de un chovinismo acaso inevitable, diríase que, en el caso de España, tampoco queda exenta de artimañas narrativas, si pueden así denominarse, empeñadas en mostrar una más que discutible interpretación de su pasado.
España, la historia de un país por resolver es una síntesis de la historia peninsular reveladora
de dicha interpretación. Si algunos de sus protagonistas merecen especial
dedicación, otros apenas resultan acreedores a ella. No nos interesan usos,
costumbres, perspectivas artísticas o comparados análisis socio-económicos de
cada época. Nos importa, en exclusiva, ese gran misterio llamado España, la dinámica y comprensión de sus
respectivas soberanías históricas, los porqués de su secular invertebración,
todos aquellos factores, en fin, que subyacen más allá de elaborados mitos o aparentes
verdades inobjetables.
La profusión de citas intercaladas, ya de históricos protagonistas, ya de otros autores, no solo persigue privilegiar la obra; buscamos arrojar al lector a aquel tiempo, convertirlo en espectador de su propio pasado. Y un último consejo para quienes sospechen no sentirse atraídos por la historia. Si en este punto te sientes concernid@, te propongo no empezar la lectura de este manual por su primera página, o sí... Prioriza tu curiosidad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario