18 abr 2020

Banquete

  Ninguno de los dioses filosofa ni desea hacerse sabio, porque lo es ya; ni ningún otro sabio filosofa; ni tampoco los ignorantes filosofan ni desean hacerse sabios. (...) ¿Quiénes, pues, son los que filosofan si no son los sabios ni los ignorantes? Claro es que los intermedios de estos dos.

  "Para Platón no filosofa el que es sabio ni el que es ignorante. Ignorante es el que no sabe, sin más. El intermedio no sabe, pero se da cuenta de ello; sabe que no sabe, y por eso quiere saber: le falta ese saber. Propiamente hablando, ni al sabio ni al ignorante les falta el saber. Sólo filosofa aquel que echa de menos el saber (...)

 (...) El amor es un echar de menos, un buscar lo que no se tiene, lo que falta. El Amor y también el amante, busca lo que le falta, y, principalmente, la belleza. Sócrates dirá en el Banquete, con gran escándalo de todos, que si el amor busca la belleza es porque le falta, y, por tanto, no es un dios. ¿Qué es entonces? Un gran demonio o genio (metaxy), un intermedio entre los hombres y los dioses. Y eso mismo le ocurre al filósofo convertido también en un metaxy, en un intermedio entre el sabio y el ignorante"

  • Platón / Banquete
  • Javier Marías / Historia de la filosofía